sábado, 9 de septiembre de 2006

No fue la misma ilusión de siempre, esa puta manía de abrir y abrir y abrir cada vez más hasta que el silencio se hace un desfile de porciones de cosas que están en el aire pero queriendo mantenerse cerca...
Fue la otra, hermana de otras tantas manías, la que me abrazó ayer; para dejarme caer después en una pieza vacía. Sin saber que sé, que después de todo, tengo la llave de la salida...